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Mi perro tiene miedo a los petardos y las tormentas, qué puedo hacer

Muchos perros tienen miedo a los ruidos fuertes, a los petardos o a las tormentas. Siguiendo algunas indicaciones se puede conseguir mejorar este problema.


¿Es normal que mi perro tenga miedo a los ruidos?

Hay estudios científicos que demuestran que el miedo a los ruidos en perros es algo habitual. En un estudio realizado en el Reino Unido sobre una muestra de 380 perros se descubrió que el 53% tenía miedo a los ruidos fuertes. En otro estudio realizado sobre una muestra de nada más y nada menos que 3.000 perros, el 74% mostró miedo a petardos o tormentas.

Como vemos, una gran proporción de perros tienen el mismo problema. Lo que nos lleva a pensar que algún motivo tiene que haber. Y lo hay:

El miedo a los ruidos fuertes es adaptativo, es decir que aumenta las posibilidades de supervivencia del perro. Tener miedo a un ruido intenso permite esquivar un posible peligro.

He aquí la razón por la que no es extraño que los perros teman sonidos como los producidos por los petardos, las tormentas, el camión de la basura, un globo que explota, el estruendo de un autobús al pasar, etc. El problema viene cuando el miedo se transforma en fobia.
¿Miedo o fobia?

Hemos dicho que el miedo es una respuesta adaptativa que le permite al perro estar alerta frente a un posible peligro. El problema llega cuando el miedo se generaliza y el perro empieza a responder de forma desproporcionada ante ruidos cada vez de menor intensidad.

Cuando la respuesta de miedo es desproporcionada hablamos de fobia. Las fobias no son adaptativas y deberían ser tratadas, siempre, con la ayuda de un veterinario y un educador canino profesional.

Para tratar el miedo a los ruidos fuertes en perros se deben aplicar dos tipos de tratamiento, uno a corto plazo (paliativo) y otro a largo plazo (curativo).
Tratamiento a corto plazo (paliativo)

Para entender lo que es un tratamiento a corto plazo vamos a poner un ejemplo:

Imagina que tienes un perro con miedo a los petardos y en la televisión anuncian fuertes tormentas durante la próxima semana. Claro, necesitas un remedio inmediato para evitar el sufrimiento de tu perro. Es decir, necesitas un tratamiento a corto plazo, una solución paliativa que permita a tu perro pasar los días de tormenta de la mejor manera posible.

Los tratamientos a corto plazo incluyen:

Creación de un refugio seguro para tu perro: debes escoger algún rincón de la casa en el que tu perro suela refugiarse de forma natural y acondicionar esa habitación para que, durante los días en los que vayan a sonar los ruidos que tanto miedo le producen, pueda ir allí a resguardarse.

Puedes colocar su mantita, sus juguetes y un plato de comida y agua en la estancia. Tendrás que bajar las persianas y cerrar las ventanas para amortiguar los sonidos del exterior. Y también puedes poner música ambiente. ¡Dicen que la que mejor funciona es la música étnica!
Feromonas: puedes comprar un difusor de feromonas apaciguadoras para enchufar en la habitación que uses como zona segura. Estas feromonas imitan las que, de forma natural, emite la madre perra después del parto para apaciguar a sus cachorros. Las secreta su área mamaria y están relacionadas con la creación de vínculos entre la madre y sus crías. Son feromonas que envían un mensaje de tranquilidad y seguridad, para que los cachorros se sientan protegidos.
Psicofármacos: en el caso de aquellos perros que tienen fobia a los petardos o a las tormentas puede ser recomendable utilizar algún fármaco que les ayude a reducir la ansiedad y el miedo. En estos casos, siempre es el veterinario quien debe prescribir la medicación y la dosis adaptada a cada perro. Hay que tener en cuenta que no deben administrarse sedantes porque estos fármacos lo que hacen es anular la capacidad motora del perro (impiden que se mueva) pero, en cambio, no reducen su ansiedad y, además, agudizan su sentido del oído por lo que el animal todavía puede sensibilizarse más al ruido.

Tratamiento a largo plazo (curativo)


Los tratamientos a largo plazo consisten en la aplicación de una terapia de modificación de conducta. Las terapias de modificación de conducta las marca siempre un adiestrador o etólogo y pueden llevar meses de trabajo. Sin embargo, son la única solución a largo plazo.

Sólo un profesional de la educación canina puede indicar, en cada caso, qué pautas deben seguirse para reducir el miedo o tratar la fobia de un perro a ruidos fuertes como petardos o tormentas.

Las terapias de modificación de conducta para los perros con miedo a ruidos suelen basarse en lo que se llama “desensibilización y contracondicionamiento”, dos técnicas utilizadas frecuentemente en psicología.

En resumen, se trata de ir exponiendo al perro a los sonidos que le atemorizan (o similares) en una intensidad tan, tan, tan baja que no le provoquen ninguna respuesta de miedo y, además, asociarlos a sensaciones positivas (premios).

Sin embargo, esta exposición gradual se tiene que hacer de forma extremadamente progresiva ya que si se quiere avanzar demasiado rápido puede ser muy contraproducente: el perro puede incrementar su miedo.

Existen en el mercado algunos CDs con sonidos preparados para hacer este tipo de modificaciones de conducta. Mascoteros tiene una lista en Spotify que también puede ser muy útil 😉

En cualquier caso, la terapia de modificación de conducta no es nunca algo sencillo y todo tratamiento tiene muchos matices dependiendo de cada perro, cada situación y cada propietario. Por eso siempre debe estar guiada por un buen profesional.
Prevención

Lo mejor para evitar un problema de miedo a los ruidos fuertes es lograr una buena prevención durante la etapa de cachorros. De las tres semanas a los tres meses, los cachorros están en su periodo de socialización y es un momento idóneo para empezar a acostumbrarlos a ruidos más o menos intensos, siempre de forma gradual, progresiva y agradable para ellos.

Aquí van algunas ideas:


Elige una lista de música con sonidos diversos y conecta tu altavoz para reproducirla en la sala donde se encuentre tu cachorro mientras juegas con él. También puedes darle un premio comestible cada vez que suene un ruido fuerte desde el altavoz.
Hincha algunos globos (no demasiado) con varios trozos de comida dentro y deja que tu cachorro juegue con ellos y los pinche con sus uñas. Pronto descubrirá que el premio está en su interior y, así, asociará el sonido de la explosión con una sensación agradable.

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