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¿Cómo cuidar de un gato mayor?

10 pautas para cuidar de un gato anciano

Los cuidados específicos son esenciales en la tercera etapa vital de nuestros gatos.

Gracias a ellos, y pese a los achaques propios de la edad, les aseguramos una vejez con la mayor calidad de vida y bienestar posibles.

¡Toma buena nota de los siguientes consejos básicos! Tu minino te lo agradecerá, acompañándote sanote y feliz, durante muchos, muchos años…

Control veterinario
Si un gato necesita revisiones periódicas por parte del veterinario, cuando llega “a una cierta edad”, son imprescindibles.

Recuerda que muchos mininos mayores suelen padecer las “goteras” propias de su edad, que les provocan molestias y dolores diversos.

Y, vigila, porque los felinos aún conservan el atavismo ancestral que los lleva a disimular sus achaques y debilidades, con tal de no llamar la atención de posibles depredadores.

Por esto es tan importante que lo lleves al veterinario, al menos dos veces al año, a fin de revisar su estado de salud general; también para hacerle las analíticas y otras pruebas –radiografía, electrocardiograma, etc.– que el médico considere necesarias para diagnosticar, controlar y tratar sus problemas de salud.
Enfermedades y calidad de vida
Aunque un gato viva entre algodones, sin carencias de ningún tipo, el paso del tiempo y el deterioro físico son inevitables.

Si convives con un felino anciano, es probable que tenga algunos de los trastornos siguientes…
Problemas de visión
Disminución auditiva
Pérdida olfativa
Enfermedad periodontal
Trastornos renales
Artrosis
Hipertiroidismo
Obesidad
Diabetes
Cardiopatías
Cáncer
Trastornos cognitivos

Aprovecha los momentos de las caricias o la higiene para palpar a tu gato, en busca de posibles bultos o alteraciones en su piel.

Alivio del dolor
Lo hemos comentado antes, los felinos conservan al animal salvaje que fue en el pasado; se sienten presa, y como tal, intentan disimular su debilidad para no ser “cazados”.

Pero, ¿cómo saber si a nuestro gato le duele algo, si lo disimula? Sencillamente, por medio de la observación…

Nuestro felino se siente indispuesto cuando vemos que: pierde el apetito, se muestra inactivo, sin ganas de caminar, cambia su comportamiento –falta de atención, agresividad, apatía, etc.–, jadea, parece faltarle el aliento, etc.

Ante cualquiera de estos signos, debemos acudir al veterinario para que lo examine y prescriba el tratamiento apropiado.

Alimentación adecuada
Todos los seres vivos precisan de una alimentación adecuada, sobre todo cuando son más vulnerables, lo que suele ocurrir en la vejez.

A estas edades, es aconsejable consultar con el veterinario la dieta más apropiada para nuestro gato, en función de sus características concretas.

De acuerdo con sus recomendaciones, opta siempre por piensos específicos para las necesidades de tu felino.

Esto en el caso de que tu peludo pueda masticar; si ha perdido los dientes, ofrécele un buen alimento húmedo.

Los productos de venta en tiendas especializadas, además de tener un sabor apetecible para los sénior, contienen la proporción de nutrientes y antioxidantes adecuada para nuestros felinos.

Hábitos higiénicos
Si nuestro gato anciano ha tenido buenos hábitos dentales desde cachorro, y se ha familiarizado con el cepillo y la pasta dental, ya tenemos mucho camino ganado.

Sea como sea, debemos procurar a los felinos mayores una higiene rutinaria para evitar trastornos tan frecuentes como la gingivitis o el acúmulo de placa bacteriana.

Como a los gatos les encanta atusarse, si notamos que dejan de hacerlo, es probable que sufran algún problema en la boca que les cause dolor. Cuando ocurre, la consecuencia puede verse en un pelaje descuidado y sucio.

Por otro lado, no olvides limpiar diariamente su bandeja de arena; tiene que estar a la vista del gato. Si la casa es grande, puedes ponerle varias bandejas adicionales. Los areneros deben ser cómodos, sin bordes altos, para que el minino entre y salga sin problemas.

Hidratación
Respecto a la hidratación, hay que ser especialmente cuidadosos y atentos con nuestros gatos viejecitos.

Piensa que, de alguna manera, su cuerpo se ha transformado… tiene mermadas sus capacidades físicas y psíquicas… su temperatura corporal cambia… y sigue necesitando una buena hidratación.

Para evitar el peligro de deshidratación, es vital que tenga siempre agua fresca y limpia a sus disposición.

Puedes alternar el recipiente habitual con una fuente de agua continua, para animarlo a beber todo lo que necesite.
Ejercicio físico moderado
Porque tu gato sea anciano no tiene que abandonar la actividad diaria. Eso sí, tiene que estar adaptada a su edad y circunstancias físicas y mentales.

Puedes estimularlo para que haga ejercicio con la ayuda de algunos juguetes y rascadores.
Entorno agradable y seguro
En edades avanzadas, los gatos pueden desorientarse y mostrar ciertas dificultades en sus movimientos por el hogar. También algunas de su limitaciones los hacen más vulnerables a ciertos peligros domésticos.

Para evitar accidentes, procura cerrar todos los huecos por donde tu felino pueda colarse o caerse. Limítale también el acceso a armarios, muebles y lugares donde pueda entrar pero le sea complicado salir.

Piensa que ahora tu gato no es el mismo de antes y necesita vivir en un entorno más confortable y protegido.

Cariño

Tan importante como los cuidados materiales son las caricias y mimos que puedas prodigarle a tu gato anciano.

Aprovecha cualquier momento propicio para acariciarlo y jugar con él. Son momentos únicos, que a tu peludo le reconfortan física y mentalmente.

Comprensión
Los gatos ancianos suelen ser remolones y tranquilos, respeta esos momentos en los que tu peludo desea descansar sin que lo molesten.

Si por la noche no para de maullar, intenta calmarlo susurrando su nombre varias veces, es un truco con el que muchos mininos se calman.

En el caso de que continúe con su cantinela, descarta cualquier enfermedad acudiendo al veterinario.



¿Tu minino ha sido el rey de la casa hasta su vejez? ¿Juntos habéis vivido momentos entrañables y divertidos? Pues deja que siga reinando durante su vejez.

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